jueves, 26 de diciembre de 2013

BAHIA BLANCA NO OLVIDA A CARLOS DI SARLI

Dandy Producciones dio a conocer las actividades que ha planificado para el 2014, donde se redoblan las apuestas marcando una continuidad con el camino recorrido desde 2010 pero sumando nuevas iniciativas para mantener viva la memoria cultural de la ciudad con pretensiones de un mejor futuro para las generaciones jóvenes.
Como cada año, la actividad comenzará el 07 de enero para homenajear a Don Carlos Di Sarli. En el 111° aniversario de su nacimiento se plantara  un ejemplar de nomeolvides, al pie del busto que lo recuerda en la plazoleta sita en H. Yrigoyen y 12 de Octubre. La tradición considera a ésta  la flor del "amor eterno" y con ello simbolizaremos el sentimiento del pueblo bahiense hacia el Señor del Tango.

En la celeste pequeñez de sus pétalos, la flor que conocemos como “no me olvides” guarda el recuerdo de una tan bella como triste historia de amor y debe su nombre a esa historia....
Sucedió, hace mucho, en la ciudad de Apolda ,región de Turingia en Alemania. Dos niños, Silke y Erwin, eran inseparables, iban a la misma escuela y había entre ellos una hermosa amistad.
A ella le apasionan las plantas. Aseguraba que, cuando creciera, seria la mejor jardinera de toda Europa. Coleccionaba cuanta hoja o flor encontraba, colocándolas con delicadeza en las páginas de
su herbario. Claro que, para ella, las que le regalaba Erwin eran las más preciadas.
Un día salieron de excursión con su maestro y todos los compañeros de la escuela, pero de pronto se las arreglaron para quedar un poquito rezagados.
El maestro no lo noto, estaba seguro de que ninguno de sus alumnos desobedecería una orden.
Allá estaban los dos, distraídos por el sol, embriagados por el aire libre de esa mañana, enamorados jugando a ver quien de los dos encontraba primero una flor para el herbario...
- ¡Te gane, Erwin!- exclamó de pronto Silke- ¡Florecitas celestes!
- ¿Dónde?
- ¡Allá en la ribera! ¡más adelante!
- Voy a cortarte un ramito!
Y disparado salio el muchacho, hacia el sitio que le indicaba su amiga.
- ¡No Erwin! ¡ Es peligroso! ¡ No te acerques al borde! ¡Me basta mirarlas desde aquí!
Sordo a su pedido. Casi lo alcanzo en el momento en que él arrancaba un ramillete. Entonces, la pena gigantesca: Erwin da un traspié y resbala al agua. Logra dejarle el manojito a su amiga, mientras el mismo grito desgarra su garganta y el corazón de la niña:
- ¡No me olvides!
Se lo lleva la corriente. Son inútiles los desesperados intentos de salvarlo que hace el maestro.
No me olvides...
A los pies de Silke, dispersas aquí y allá y sin saberlo, un montón de florecitas celestes acababan de recibir su nombre.

martes, 3 de diciembre de 2013

Homenaje a Lautaro Murúa

Lautaro Murúa (*Tacna, Chile; 29 de diciembre de 1926 – †Madrid, España; 3 de diciembre de 1995), actor y director de cine y de teatro chileno. Hizo la mayor parte de su obra en la Argentina y se nacionalizó argentino.Nació el 29 de diciembre de 1926 en la ciudad de Tacna, en aquél momento bajo dominio de Chile. En Santiago estudió Bellas Artes y participó en el Teatro Experimental de la Universidad de Chile que renovó la escena chilena. En 1954 protagonizó la versión teatral de Martín Rivas, adaptada por Santiago del Campo y dirigida por Germán Becker, que se transformó en uno de los sucesos teatrales de la década en dicho país.1 Según el mismo Becker, Murúa -tiempo antes de su actividad universitaria y teatral- habría tenido un breve paso por la Escuela de Aviación.2
Su obra creativa de trascendencia la realizó en la Argentina, país al que emigró en tiempos del segundo gobierno del general Carlos Ibáñez del Campo (¿1955?). Allí vivió por casi cuatro décadas y dejó la mayor parte de su legado como actor y como director de cine y teatro.
A partir de 1976, debido a la conmoción política imperante, luego de la muerte del General Perón y el golpe de estado del mismo año, se exilió en España, donde permaneció hasta 1983, volviendo con el retorno de la democracia después de la dictadura militar argentina.
Como actor de cine se destacó en Invasión (1969), Crónica de una señora (1971), Quebracho (1974), La muchacha de las bragas de oro (1979), No habrá más penas ni olvido (1983), El exilio de Gardel (Tangos) (1985) y La peste (1992), entre muchas otras.
Como director de cine, sus filmes más relevantes fueron Shunko (1960), Un guapo del 900 (1971), La Raulito (1975) y Cuarteles de invierno (1984), entre otras.
En una de sus últimas películas interpretó al torero Juan Belmonte en la película Belmonte.
Falleció el 3 de diciembre de 1995 a los 69 años de edad por un cáncer de pulmón en Madrid.