Dandy Producciones dio a conocer las actividades que ha planificado para el 2014, donde se redoblan las apuestas marcando una continuidad con el camino recorrido desde 2010 pero sumando nuevas iniciativas para mantener viva la memoria cultural de la ciudad con pretensiones de un mejor futuro para las generaciones jóvenes.
Como cada año, la actividad comenzará el 07 de enero para homenajear a Don Carlos Di Sarli. En el 111° aniversario de su nacimiento se plantara un ejemplar de nomeolvides, al pie del busto que lo recuerda en la plazoleta sita en H. Yrigoyen y 12 de Octubre. La tradición considera a ésta la flor del "amor eterno" y con ello simbolizaremos el sentimiento del pueblo bahiense hacia el Señor del Tango.
En la celeste pequeñez de sus pétalos, la flor que conocemos como “no me olvides” guarda el recuerdo de una tan bella como triste historia de amor y debe su nombre a esa historia....
Sucedió, hace mucho, en la ciudad de Apolda ,región de Turingia en Alemania. Dos niños, Silke y Erwin, eran inseparables, iban a la misma escuela y había entre ellos una hermosa amistad.
A ella le apasionan las plantas. Aseguraba que, cuando creciera, seria la mejor jardinera de toda Europa. Coleccionaba cuanta hoja o flor encontraba, colocándolas con delicadeza en las páginas de
su herbario. Claro que, para ella, las que le regalaba Erwin eran las más preciadas.
Un día salieron de excursión con su maestro y todos los compañeros de la escuela, pero de pronto se las arreglaron para quedar un poquito rezagados.
El maestro no lo noto, estaba seguro de que ninguno de sus alumnos desobedecería una orden.
Allá estaban los dos, distraídos por el sol, embriagados por el aire libre de esa mañana, enamorados jugando a ver quien de los dos encontraba primero una flor para el herbario...
- ¡Te gane, Erwin!- exclamó de pronto Silke- ¡Florecitas celestes!
- ¿Dónde?
- ¡Allá en la ribera! ¡más adelante!
- Voy a cortarte un ramito!
Y disparado salio el muchacho, hacia el sitio que le indicaba su amiga.
- ¡No Erwin! ¡ Es peligroso! ¡ No te acerques al borde! ¡Me basta mirarlas desde aquí!
Sordo a su pedido. Casi lo alcanzo en el momento en que él arrancaba un ramillete. Entonces, la pena gigantesca: Erwin da un traspié y resbala al agua. Logra dejarle el manojito a su amiga, mientras el mismo grito desgarra su garganta y el corazón de la niña:
- ¡No me olvides!
Se lo lleva la corriente. Son inútiles los desesperados intentos de salvarlo que hace el maestro.
No me olvides...
A los pies de Silke, dispersas aquí y allá y sin saberlo, un montón de florecitas celestes acababan de recibir su nombre.
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