Hoy es el día para recordar a uno de los íconos de la literatura latinoamericana, Alfonsina Storni, poseedora de una capacidad única que redefinió la poesía en América Latina.
Nacida en Suiza el 29 de mayo, y debido a una difícil situación económica familiar apenas a los 11 años abandonó la escuela para trabajar, primero en el hogar y luego en una fabrica de gorras en Rosario.
Alfonsina empezó a actuar en obras de teatro en 1907, de la mano de Manuel Cordera y posteriormente en la compañía de teatro dirigida por José Tallavi, quien le ofreció trabajo luego de comprobar que Storni sabía recitar y memorizar grandes versos. Así, comenzó a viajar, escribir y plasmar obras de teatro.
En 1907 estudió la carrera de docente rural en la población de Coronda. Dicho suceso estimuló su labor creativa y fortaleció su trabajo como poetisa, al punto que, durante su graduación, fueron leídos varios de sus poemas.
Su verdadero trabajo literario empezó en Buenos Aires, allí trabajo con la revista Caras y Caretas. Si bien su trabajo literario creció, debió buscar otro alterno que le facilitara el mantenimiento económico. Trabajó en la empresa Freixas Hermanos haciendo avisos publicitarios,
Su situación económica mejoró a pesar de que en dicha empresa recibía la mitad del salario (al anterior empleado le pagaban el doble). Pudo dedicar mayor tiempo a la poesía, a viajar y a conocer a artistas como Juana de Ibarbourou, mejor conocida como Juana de América. También mantuvo amistad con los escritores José Enrique Rodó, Amado Nervo, José Ingenieros y Manuel Baldomero Ugarte. En esos años se hizo gran amiga del poeta uruguayo Horacio Quiroga.
"La inquietud del rosal” fue su primer libro publicado en 1916. En este expresa sus deseos como mujer y su situación de madre soltera. Sin embargo, recibió críticas negativas y en algunos círculos fue acusada de inmoral. Por otra parte, la publicación de este libro le abrió las puertas a grupos de escritores de la época que permitieron dar a conocer su obra. Igualmente, su trabajo en la revista Caras y Caretas la acercó a editores interesados en su trabajo
Su proceso de madurez literaria alcanzó importantes niveles. Hacia 1918 publicó "El dulce daño”. Amado Nervo, José Ingenieros y José Enrique Rodó, reconocieron su valiosa obra literaria. De hecho, Nervo publicó sus poemas en la revista Mundo Argentino.
La obra de Storni abordó el feminismo, la soledad, el amor, el erotismo, la angustia y la lucha constante que tuvo que dar durante su época, ya que fue debía enfrentarse a los señalamientos machistas por ser una mujer escritora que además era madre soltera.
La gran poetisa Alfonsina Storni se suicidó el 25 de octubre de 1938 en Mar del Plata tras arrojarse al mar. Los últimos tres años de su vida luchó contra el cáncer de mama, el cual durante el proceso médico dejó varias cicatrices en su cuerpo y en su mente. Apenas tenía 46 años
¡Adiós!
Las cosas que mueren jamás resucitan,
las cosas que mueren no tornan jamás.
¡Se quiebran los vasos y el vidrio que queda
es polvo por siempre y por siempre será!
Cuando los capullos caen de la rama
dos veces seguidas no florecerán...
¡Las flores tronchadas por el viento impío
se agotan por siempre, por siempre jamás!
¡Los días que fueron, los días perdidos,
los días inertes ya no volverán!
¡Qué tristes las horas que se desgranaron
bajo el aletazo de la soledad!
¡Qué tristes las sombras, las sombras nefastas,
las sombras creadas por nuestra maldad!
¡Oh, las cosas idas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que así se nos van!
¡Corazón... silencia!... ¡Cúbrete de llagas!...
-de llagas infectas- ¡cúbrete de mal!...
¡Que todo el que llegue se muera al tocarte,
corazón maldito que inquietas mi afán!
¡Adiós para siempre mis dulzuras todas!
¡Adiós mi alegría llena de bondad!
¡Oh, las cosas muertas, las cosas marchitas,
las cosas celestes que no vuelven más! ...
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