El Festival Cervantino "Azul. Soy Quixote", un multidisciplinario evento cultural que por once días cubrió la ciudad bonaerense de teatro, música, artes visuales, literatura y gastronomía, concluyó hoy su sexta edición con un gran espectáculo de tambores a cargo de La Bomba del Tiempo.
Azul, que en 2007 le valió la declaración de la Unesco como Ciudad Cervantina por poseer el acervo cultural más importante fuera de España del autor del "Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha", celebró una vez más con espíritu festivo y comunitario este gran Festival que cada año envuelve a la población por completo.
"El balance es muy positivo: hubo mucha participación, se nota que cada año se suman más y los proyectos son cada vez mayores. A simple vista, y sin los cálculos completos, sabemos que fueron circulando por los distintos espacios más de 15.000 personas tanto de Azul como de la región y ciudades vecinas. Los hoteles estuvieron llenos, sin habitaciones", dijo a Télam el director cervantino, José Benderski.
Como todos los años, "esta edición mantuvo las características que lo hacen distintivo; con una programación equilibrada entre las propuestas locales y las que vienen de afuera, éstas últimas pensadas más en términos de calidad que de masividad", agregó.
Bajo el lema "Cultura por la Paz", esta sexta edición del evento fue muy esperada por Azul dados los cambios políticos que está viviendo la ciudad luego de que el Frente para la Victoria desplazara del gobierno al Frente Amplio Popular tras 12 años de gestión municipal.
Por eso, Benderski destacó el hecho de que se haya realizado el encuentro: "Haber realizado el Festival, con la idea de una continuidad a pesar del cambio de gestión gubernamental habla de una política a seguir".
En esta cita cultural, que se desarrolló en más de 40 puntos de la ciudad en forma gratuita o a bajísimos costos, nadie quedó afuera: compartieron escenario académicos, docentes, libreros, alumnos, artesanos, jubilados, escritores y artistas de toda la geografía argentina.
Adolfo Pérez Esquivel, Juan Sasturain, Irene Chikiar Bauer, Sergio Pujol, Miguel Rep y Juan Cruz Guillén son algunos de los intelectuales y especialistas que brindaron conferencias gratuitas en diferentes lugares de la geografía azuleña.
Hubo exposiciones de obras de variada gama estética como la de los artistas Duilio Pierri, Mariela Passares, Sonia Aguilar y Nano Ponzio y Victoria Calviño, entre otros.
En el Museo Casa Ronco los espectadores disfrutaron de la hemeroteca de humor gráfico y la muestra de dibujos "Martín Fierro: una visión azuleña", de Osvaldo Morúa.
También los músicos Carlos Aguirre, Jorge Fandermole, Palo Pandolfo, la banda Puente Celeste y esta noche a modo de cierre, el grupo de percusión La Bomba del Tiempo, fueron parte de esta movida cultural, que sacudió tanto a jóvenes como a familias locales y de distritos vecinos.
En artes escénicas, se presentó "Dulcinea, Locura Quijotesca" a cargo de la Compañía del Revés; la adaptación de cuentos de Fontanarrosa del Grupo Los Escruchantes y "El Partener", dirigido por Mauricio Kartún, que emocionó a sala llena en el Teatro Español, frente a la Plaza San Martín, centro neurálgico de la ciudad bonaerense.
A lo largo de esta sexta edición, se sucedieron Cuentacuentos para los más chicos, mesas de poesía, peñas digitales, muestras multidisciplinarias, presentaciones de libros y proyectos; charlas abiertas, talleres para todos los gustos (danza, carpintería, arte), paseos botánicos y excursiones fotográficas por las calles azuleñas brotadas de naranjos amargos.
Esta geografía de arroyo y sierras que alberga más de 350 ediciones del "Don Quijote" -entre ellas un cuidado ejemplar en español de 1697- es el paraíso de los caballeros, las ilusiones y los molinos de viento. Es que allí todo remite a la obra cumbre de la literatura universal del siglo XVII; hasta los menúes que ofrecen los restaurantes se titulan con los personajes cervantinos: Sancho Panza, Dulcinea y Rocinante.
Ubicada en el centro-este de la Provincia de Buenos Aires, en esta ciudad también conviven con igual atractivo las historias de malones y fortines y las aventuras arquitectónicas de Francisco Salamone, como un imponente cementerio que asoma entre las casas bajas de los más de 60.000 habitantes que pueblan la ciudad de Azul.
Durante once días el escritor español Miguel de Cervantes fue la excusa para que Azul, ubicada a 299 kilómetros de la Capital Federal, una vez más despliegue en sus distintos escenarios (escuelas, teatros, espacios públicos, bares y museos) una variada oferta cultural y artística con identidad propia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario