sábado, 28 de marzo de 2015

Lyzandro Z. D. Galtier

Nació el 06/10/1904 en Pigüé ciudad del sudoeste de la provincia de Buenos Aires . Poeta, ensayista y
traductor. Su carrera literaria tuvo dos importantes vertientes, como escritor por un lado y como traductor por otro, este último desarrollado con un gran reconocimiento por parte de creadores literarios. Especializado en francés y griego. De sus numerosos trabajos como traductor, se destacan sus versiones al castellano de autores como Apollinaire, Lubicz Milosz, Michaux, Fournier, Cocteau, Mircea Eliade y Julien Green, entre otros. En tanto que, como autor sobresalen las obras: Itineraire, Mot de passe, Lumiére de Pampa, Antología del poema traducido (tres tomos) y Penumbra Lúcida por el que obtuvo el Segundo Premio Municipal de Poesía (1970) y el Tercer Premio Nacional de Poesía (1971). Recibió numerosas distinciones. Falleció el 30/03/1985.

ÚLTIMO VÉRTIGO

Del silencio venido
hacia el silencio voy,
hacia las fuentes tiendo,
hacia lo Absoluto,
que en el mundo latente
de lo manifestado,
ya no ha menester
de otro signo mayor.

Con el pensar mi cuerpo
-roja tierra de espinas germinando-
poco a poco de mí se libera
y me abandona
y no es de pronto sino
la vestidura de mi espíritu
y su tabernáculo.

Mi nombre aún
sólo un guarismo es, insombre.
Sucede incluso que,
despierto,
no soy más que el objeto,
la cosa y la persona
que por ojo (el ojo,
la lámpara del cuerpo) percibo,
que siento por palpadura
y por oído escucho,
-todo cuanto por magia, en fin,
intuyo y me rodea.

En mi más alto sueño,
en cambio,
-costumbre de costumbres,
subvida de lo eterno
trastornado-
el universo todo,
sin tiempo ni riberas
vibra,
vibra insondable
en mi dentro,
¡oh milagro del ritmo
transitivo,
oh microcosmo sigiloso!

Soy centro entonces y horizonte
con el centro y con el horizonte,
punto de reencuentro y puerta
por un detrás de luz
configurados.
Uno en presencia soy
-indivisible y sucesivo-
en la conciencia cósmica
con el infinito,
con mi multitud,
con el Uno.

Insigne resplandor me inunda,
me desnuda y me es.
Mas en verdad
buscando estoy todavía…
En el abismo místico
(en el abismo mágico) sumido
buscando el rostro estoy que yo tenía
antes que se creara el mundo.

De Penumbra Lúcida (1968. Buenos Aires: Editorial Sudamericana)

jueves, 26 de marzo de 2015

Lolita Torres, leyenda de los años dorados

Beatriz Mariana Torres, "Lolita", nació en Avellaneda,  Provincia de Buenos Aires, el 26 de marzo de 1930. En medio de su ascendente devenir artístico, la estrella se hizo mujer, esposa, madre y abuela. 
    Pero Lolita también tuvo que pasar momentos muy difíciles: a los 14 años perdió a su madre en un accidente en Mar del Plata y esto la dejó marcada para toda su vida.
    A los 25 años se casó con su primer marido Santiago Rodolfo Burastero con quien tuvo su primer hijo, Santiago Ezequiel. Poco tiempo después quedó viuda tras un accidente en la ruta a Mar del Plata. Luego se casó con Julio César "Lole" Caccia, con quien tuvo cuatro hijos: Angélica, Marcelo, Mariana y Diego. 
    Tiempo después la familia se agrandó y llegaron los nietos: Pedro, Laura, Angela, Sol, Diego y Juan. Lolita disfrutó de su familia en todo momento y jamás la descuidó.
    A un problema cardíaco sufrido en 1993, le sucedió el descubrimiento de un cuadro de fiebre reumatoidea que luego derivó en la delicada artrosis generalizada que la hizo padecer fuertes dolores y la obligó a varias internaciones.
    Como reconocimiento, el  20 de agosto de 2002 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
    Lamentablemente el 14 de septiempre de 2002 a las 9:20 hs fallecía Lolita en el Hospital Español. Su voz, sus actuaciones y su personalidad no serán olvidadas nunca.
Su carrera artística comenzó a los once años, cuando interpretó canciones españolas en el teatro "Avenida" de la Ciudad de Buenos Aires, a través de la  Compañía Maravillas de España. A su padre Pedro Torres, no le gustaba que su hija fuera actriz y cantante, dejó que siguiera en el ambiente pero vigilada por él; en los contratos de cine no aceptaba que besasen a su hija. 
En 1941 grabó su primer disco simple con temas como "Te lo juro yo" y "Gitano Jesús". Llegó a a la fama interpretando canciones españolas  y luego agregando temas del folklore nacional.
    En 1944 hizo sus primeras actuaciones en cine en la película "La danza de la fortuna" (1944), con Luis Sandrini y Olinda Bozán. 
    En 1950  los hermanos Carreras le ofrecen el principal femenino en "Ritmo, Sal y Pimienta" (1952). En 1951 hizo pareja junto a Alfredo Barbieri en “El mucamo de la niña”
    Así comenzó su exitosa carrera cinematográfica, con papeles protagónicos como "La mejor del Colegio" (1953) dirigida por Julio Saraceni y compartiendo cartel con Alberto Dalbes. "La Edad del Amor" (1954), "Más pobre que una laucha", "Un novio para Laura" (1955), "Amor a primera vista" (1956),"Novia para dos" (1956), "La hermosa mentira" (1958), "La maestra enamorada" (1961), "Pimienta" (1966) y "Joven, rica y estanciera" (1970) con un éxito impresionante en Argentina y en Latinoamérica; "Allá en el norte" (1972), etc...
    También tuvo éxito en televisión, donde actuó en programas tales como "La hermana de San Sulpicio" y ciclos durante la década del '70.
    Lolita nunca dejó de amar a Rusia, de recordar sus giras por ese país, de agradecer continuamente el amor que recibió allí, donde se hizo famosa por “La Edad del Amor”, dirigida por Julio Saraceni y había formado pareja con Alberto Dalbes. Los rusos también la incorporaron como propia así como los españoles.
    Luego de haber cumplido cincuenta años en la escena artística - en los que su fama llegó a España e inclusive a la ex Unión Soviética - Lolita Torres hizo su última gran presentación en el Estadio "Luna Park", junto a Charly García, León Gieco, Mercedes Sosa y Ariel Ramírez, entre otros artistas.
    Sus últimas incursiones en un teleteatro fue junto a sus hijos, en 1993, "Dale Loly".

sábado, 21 de marzo de 2015

Gaby interpreta "La novia de América" En El Teatro Municipal de Bahía Blanca.

En el marco de los Festejos del 187 aniversario de la Ciudad de Bahía Blanca, el sábado 04 de abril a las 21,30 hs en el Teatro Municipal se presentará el musical "La  novia de América" sobre vida y obra de la cantante y actriz Libertad Lamarque, protagonizado por Gaby "La voz sensual del tango" junto a Víctor Volpe en piano y los bailarines Natalia y Gustavo.
Declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación y el Instituto Cultural de B. Bca., de Interés Provincial y Legislativo por la Honorable Cámara de Senadores de la Provincia de Bs. As. y de Interés Municipal por el Honorable Concejo Deliberante de Bahía Blanca, el musical recibió en febrero pasado el premio FARO DE ORO VIP 2015.
Bajo una idea y producción de José Valle, Gaby encarna a Libertad con destreza escénica, además de delicadas interpretaciones de tangos, milongas, valses y canciones latinoamericanas que caracterizaron el repertorio de Lamarque.
Libertad Lamarque es la más importante cancionista que nos dio el tango, además, una actriz exitosa que el público elevó a diva, y toda América Latina le rindió pleitesía. Grabó más de 800 temas musicales, filmó alrededor de sesenta películas, interpretó célebres sainetes, se dio el gusto de cantar con Carlos Gardel y como era grande en serio no tuvo complejos en hacerlo con el dúo Pimpinela y también con Palito Ortega, tomándose la licencia de reírse cuando Palito se esfuerza por entonar “La sonrisa de mamá”. En el cine fue dirigida por los mejores directores de la década del treinta, lo cual es decir, por los mejores directores del cine latinoamericano: Luis César Amadori, Luis Saslavsky, Carlos Borcosque, Luis José Moglia Barth, Antonio Momplet y Mario Sóffici, entre otros. Su gran película, la que los críticos más aprecian y ella más estima, fue “Ayúdame a vivir” dirigida por José Agustín Ferreyra. En 1933 y convocada por Argentina Sono Film filmó “Tango”, la primera película sonora de nuestra historia. Después vinieron entre otras “Madreselva”, “El alma del bandoneón”, “Puerta cerrada”, “Una vez en la vida” y “Eclipse de sol”.

En México filmó en 1947, nada y más y nada menos que con el gran Luis Buñuel la notable “Gran casino”. Pueden mencionarse también “Huellas del pasado”, “La loca”, “Ansiedad”, “La mujer X”, “Escuela de música”, “Mis padres se divorcian” y “La cigüeña dijo sí”. Fue la acompañante clásica de Arturo de Córdoba y cantó con Pedro Infante, Jorge Negrete y Pedro Vargas.
Durante más de setenta años estuvo en el escenario y las pantallas y pudo darse el lujo de decir que nunca conoció ni la decadencia ni el anonimato con que las nuevas generaciones condenan a los viejos artistas.
En los escenarios y en las pantallas estuvo presente hasta los ochenta y cinco años. Disfrutó de la condición de leyenda viviente y fue respetada y considerada por colegas y críticos.

martes, 17 de marzo de 2015

Olga Orozco

Olga Orozco fue una poetisa argentina, nacida en la provincia de La Pampa el 17 de marzo del año 1920 y fallecida el 15 de agosto de 1999. Durante su infancia, viajó en repetidas ocasiones, y finalmente se estableció en Buenos Aires, donde cursó la carrera de Filosofía y Letras y obtuvo el título de docente. Aparte de su producción literaria, fue una conocida periodista y redactora, e incluso ocupó cargos directivos en varias revistas de interés cultural. Por otro lado, incursionó en el mundo radiofónico como comentarista de teatro, y en el actoral, trabajo que mantuvo durante casi una década.
Como escritora, perteneció a la generación denominada Tercera Vanguardia, y se inspiró profundamente en el legado de artistas tales como los simbolistas franceses Arthur Rimbaud y Charles Baudelaire. Como dato curioso, Olga sentía un gran interés en la lectura de las cartas, y algunos de sus poemas, como "La Cartomancia", lo ponen de manifiesto de una manera muy particular. Los reconocimientos que recibió durante los más de treinta años que se dedicó a la escritura demuestran que su nombre dejó una imborrable huella en su país y en el exterior. Publicó más de diez poemarios, entre los que se encuentran "Cantos a Berenice" y "La noche a la deriva".

La cartomancia

Oye ladrar los perros que indagan el linaje de las
          sombras,

óyelos desgarrar la tela del presagio.
Escucha. Alguien avanza
y las maderas crujen debajo de tus pies como si
           huyeras sin cesar y sin cesar llegaras.
Tú sellaste las puertas con tu nombre inscripto en
          las cenizas de ayer y de mañana.
Pero alguien ha llegado.
Y otros rostros te soplan el rostro en los espejos
donde ya no eres más que una bujía desgarrada,
una luna invadida debajo de las aguas por triunfos y
          combates,
por helechos.



Aquí está lo que es,lo que fue, lo que vendrá, lo que
          puede venir.
Siete respuestas tienes para siete preguntas.
Lo atestigua tu carta que es el signo del Mundo:
a tu derecha el Ángel,
a tu izquierda el Demonio.
¿Quién llama?, ¿pero quién llama desde tu 
          nacimiento hasta tu muerte
con una llave rota, con un anillo que hace años fue
           enterrado?
¿Quiénes planean sobre sus propios pasos como
          una bandada de aves?
Las Estrellas alumbran el cielo del enigma.
Mas lo que quieres ver no puede ser mirado cara
          a cara
porque su luz es de otro reino.
Y aún no es su hora. Y habrá tiempo.



Vale más descifrar el nombre de quien entra.
Su carta es la del Loco, con su paciente red de cazar
           mariposas.



Es el huésped de siempre.
Es el alucinado Emperador del mundo que te habita.
No preguntes quién es. Tú lo conoces
porque tú lo has buscado bajo todas las piedras y
en todos los abismos
y habéis velado juntos el puro advenimiento del milagro:
un poema en que todo fuera ese todo y tú
-algo más que ese todo-.
Pero nada ha llegado.
Nada que fuera más que estos mismos estériles 
          vocablos.
Y acaso sea tarde.



Veamos quién se sienta.
La que está envuelta en lienzos y grazna mientras
          hila deshilando su sábana
tiene por corazón la mariposa negra.
Pero tu vida es larga y su acorde se quebrará muy
          lejos.
Lo leo en las arenas de la Luna donde está escrito
          el viaje,
donde está dibujada la casa en que te hundes como
           una estría pálida
en la noche tejida con grandes telarañas por tu 
          Muerte hilandera.
Mas cuídate del agua, del amor y del fuego.



Cuídate del amor que es quien se queda.
Para hoy, para mañana, para después de mañana.
Cuídate porque brilla con un brillo de lágrimas y 
           espadas.
Su gloria es la del Sol, tanto como sus furias y su
           orgullo.
Pero jamás conocerás la paz,
porque tu Fuerza es fuerza de tormentas y la Templanza llora de cara contra el muro.
No dormirás del lado de la dicha,
porque en todos tus pasos hay un borde de luto
          que presagia el crimen o el adiós,
y el Ahorcado me anuncia la pavorosa noche
           que te fue destinada.
¿Quieres saber quién te ama?
El que sale a mi encuentro viene desde tu propio
           corazón.
Brillan sobre su rostro las máscaras de arcilla y corre
           bajo su piel la palidez de todo solitario.
Vino para vivir en una sola vida un cortejo de vidas
          y de muertes.
Vino para aprender los caballos, los árboles, las piedras,
y se quedó llorando sobre cada vergüenza.
Tú levantaste el muro que lo ampara, pero fue sin
          querer la Torre que lo encierra:
una prisión de seda donde el amor hace sonar sus
          llaves de insobornable carcelero.
En tanto el Carro aguarda la señal de partir:la 
aparición del día vestido de Ermitaño.
Pero no es tiempo aún de convertir la sangre en
          piedra de memoria.
Aún estáis tendidos en la constelación de los 
          Amantes,
ese río de fuego que pasa devorando la cintura del
          tiempo que os devora,
y me atrevo a decir que ambos pertenecéis a una
          raza de náufragos que se hunden sin salvación y
          sin consuelo.



Cúbrete ahora con la coraza del poder o del perdón,
          como si no temieras,
porque voy a mostrarte quién te odia.
¿No escuchas ya batir su corazón como un ala sombría?
¿No la miras conmigo llegar con un puñal de 
escarcha a tu costado?



Ella, la Emperatriz de tus moradas rotas,
la que funde tu imagen en la cera para los sacrificios,
la que sepulta la torcaza en tinieblas para entenebrecer el aire de tu casa,
la que traba tus pasos con ramas de árbol muerto,
con uñas en menguante, con palabras.
No fue siempre la misma, pero quienquiera que sea
es ella misma,
pues su poder no es otro que el ser otra que tú.
Tal es su sortilegio.
Y aunque el Cubiletero haga rodar los dados sobre
           la mesa del destino,
y tu enemiga anude por tres veces tu nombre en el
          cáñamo adverso,
hay por lo menos cinco que sabemos que la partida
           es vana,
que su triunfo no es triunfo
sino tan sólo un cetro de infortunio que le confiere el
          Rey deshabitado,
un osario de sueños donde vaga el fantasma del amor que no muere.



Vas a quedarte a oscuras, vas a quedarte a solas.
Vas a quedarte en la intemperie de tu pecho para
          que hiera quien te mata.



No invoques la Justicia. En su trono desierto se asi-
          ló la serpiente.
No trates de encontrar tu talismán de huesos de
          pescado,
porque es mucha la noche y muchos tus verdugos.
Su púrpura ha enturbiado tus umbrales desde el ama-
          necer
y han marcado en tu puerta los tres signos aciagos
con espadas, con oros y con bastos.
Dentro de un círculo de espadas te encerró la crueldad.
Con dos discos de oro te aniquiló el engaño de 
párpados de escamas.
La violencia trazó con su vara de bastos un relámpago
azul en tu garganta.
Y entre todos tendieron para ti la estera de las ascuas.
He aquí que los Reyes han llegado.
Vienen para cumplir la profecía.
Vienen para habitar las tres sombras de muerte
          que escoltarán tu muerte
hasta que cese de girar la Rueda del Destino.



viernes, 13 de marzo de 2015

Francisco "Pancho" Ramírez Por José Valle

Francisco "Pancho" Ramírez (Concepción del Uruguay Entre Ríos, 13 de marzo de 1786 –Chañar Viejo, Córdoba, Argentina, 10 de julio de 1821)
Caudillo entrerriano, llamado El Supremo por sus camaradas -quienes lo consideraban único líder y guía- fue uno de los primeros líderes del federalismo provincial contra el unitarismo y la dominación de Buenos Aires. 
Hombre simpático y completamente enamorado de su Delfina, cautiva portuguesa que lo acompañó incondicionalmente -incluso en la lucha armada-, Ramírez, en sólo tres escasos años que duró su deslumbrante carrera logró imponer su nombre por las Provincias Unidas e inmortalizarlo en la historia como un ejemplo de humanidad, convicción y valentía.
En medio de tremendas luchas jamás cometió un atropello, no incurrió en crueldad, en codicia o prepotencia. Cuando ejerció el poder supremo de la "República de Entre Ríos", se preocupó de crear escuelas, montar las bases de una administración pública que duraría muchos años y defender sinceramente el patrimonio de sus gobernados. 
Muere a los 34 años de edad defendiendo a su hembra en el momento más alto de su ambición y su gloria.
La República de Entre Ríos no sobrevivió a Ramírez. Pero el legado del Supremo sí, por eso, aún después de 100 años, sigue siendo motivo de asombro y admiración.
Francisco “Pancho “Ramirez quizo extender nuestra patria ,con profundo sentido latinoamericano ,unir a los pueblos de la cuenca del plata en un gran estado independiente.
Lucho para que los argentinos sintieses el orgullo de ser dignos y libres en su tierra e impuso la idea de la republica que nos salvo de los títulos nobiliarios que heredan unos pocos y que humillan a millones.Los grandes ideales del Supremo Entrerriano no moriran jamás,porque ellos sintetizan nuestro pensamiento nacional, popular y federal.

Extraido de "Francisco Ramírez, el caudillo enamorado" de José Angel Valle, Ed. En un Feca, 2013.Ilustración de Pedro Araya

jueves, 5 de marzo de 2015

Abel Aznar

Abel Aznar fue un gran poeta, un escritor que supo escribir un puñado de tangos de excelente calidad, pero yo no sé si el calificativo “rey de la rima” le hace justicia a él y sus poemas.
Con el tango se relacionó en la adolescencia. Su padre, tocaba la guitarra y el bandoneón y en su entrañable pueblo del partido de Merlo, lo inició en los placeres del dos por cuatro. Después, quiso que su hijo estudiara Ingeniería Química, pero ya era tarde: el muchacho eligió la poesía, la bohemia de la noche porteña y alternar con músicos, poetas y calaveras.
Los tangos de Abel Aznar son más conocidos que él. Son tangos recios, viriles, sobrios y muy bien escritos. No hay tanguero que no los haya silbado o cantado en voz baja. Celebran la amistad, la hombría, los amores perdidos y las pequeñas e inútiles revanchas. Son tangos para hombres cuya poética se detiene justo en la línea que los separa del machismo. Los cantores emblemáticos de sus letras son varones de pinta brava y voz de guapo. Sus nombres merecen mencionarse: Julio Sosa, Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche, Jorge Casal, Oscar Alonso y, sobre todo, el gran Alfredo Belusi que, para alguno de sus seguidores, es el genuino y auténtico varón del tango.
Belusi fue el hombre que incorporó a Aznar a su repertorio y, según los entendidos el que mejor los interpretó.
“Lo que vos te merecés”, es un clásico. Lo interpretaron grandes cantores, pero nadie lo hizo como él. Yo tuve la oportunidad y el privilegio de oírlo y verlo en el célebre “Bacán” de Oscar Neme, ubicado en la esquina de 25 de Mayo y Juan de Garay. Esa noche también cantó “Y no le erré”, “Jamás lo vas a saber” y “De puro curda”. Fue una fiesta inolvidable.
En varias letras de este autor se relata la mítica escena donde la mujer abandona al hombre seducida por los cantos de sirena de la riqueza o la felicidad fácil, pero en algún momento regresa. El más emblemático, el más popular, es “Lo que vos te merecés”, con ese estribillo clásico donde celebra que haya vuelto “con ese vestidito que yo te regalé”. La letra concluye con el típico reproche: “Que decís, que te engañaron con un mundo de promesas, que volvés arrepentida que recién me comprendés, que querés si se acabaron tus delirios de grandeza, hoy tenés de recompensa, lo que vos te merecés”.
Situación parecida se plantea en el tango “Y no le erré”. También allí la mujer tiene pajaritos en la cabeza y abandona al hombre para correr detrás de sus ilusiones o de sus berretines. Como en “Lo que vos te merecés” en “Y no le erré” el hombre recibe a la mujer con algo de satisfacción y de amargura. “Hoy tengo el gusto de verte volver como yo quería”, le dice, para luego rematar: “Que el día menos pensado, como una cosa resuelta, ibas a pegar la vuelta, sin grupo ...y no le erré”.
La última estrofa es muy buena. “¡Te lo juro! Tuve ganas de vengarme, mi amor propio no entendía otra razón, fue un momento, pero pude serenarme y me dije bien tranquilo... ¡Necesita un tropezón!, necesita que la engrupan y que un día, se dé cuenta que vivió en un folletín, que se encuentre sin cariño y en la vía, pa que entienda que todo esto no fue más que un berretín”.
Las dudas, el dolor disimulado por la supuesta revancha, la certeza del amor recuperado, todo ello visto desde el lugar de un héroe tanguero, es lo que le otorga a estos poemas belleza y perdurabilidad. Puede que en la letra el machismo esté presente, en algunos casos de manera visible, pero lo que lo disculpa, lo atenúa y en todo caso lo justifica, es la capacidad del hombre para amar. Machista, guapo, perdedor, tal vez algo anacrónico, el personaje sólo se salva gracias a su capacidad de amar.
Un tango importante en el repertorio de Aznar es “Y te parece todavía”. Es un tango muy bien escrito que curiosamente las mujeres han sido las que más se han lucido al interpretarlo, al punto que para más de un tanguero el protagonista de la historia es una mujer, aunque en la letra no hay ninguna referencia a la sexualidad del personaje. El estribillo es un clásico del tango: “Y te parece todavía, que te puedo perdonar, vos serás como una herida, para el resto de mi vida, pero otra cosa, jamás”. En este caso, el personaje no olvida la ofensa recibida. A diferencia de los poemas anteriores en “Y te parece todavía”, el o la protagonista no perdona y, como me dijera un veterano de la guardia vieja: “Esa incapacidad para perdonar es lo que le otorga al tango un perfil femenino.
“De puro curda”, se ha transformado en el himno de los borrachos o de todos los que celebran el gusto de beber alcohol sin otro justificativo que el placer de beber. En este caso la curda no es la respuesta a un fracaso amoroso, a una pena de amor. La gratuidad del acto es lo que le otorga nobleza. “Yo tomo por que si, de puro curda, pa mi siempre es buena la ocasión”. O cuando dice: “Y a mí que me importa que diga la gente, que paso mi vida tras un mostrador, por eso no dejo de ser bien decente, no pierdo mi hombría ni mancho mi honor. Me gusta y por eso le pego al escabio, a nadie provoco ni obligo jamás, y al fin si tomando yo me hago algún daño, lo hago conmigo, de curda no más”.
Por último, una referencia a ese otro gran poema que se llama “Jamás lo vas a saber”. Otra vez el amor y el fracaso del amor. Pero a diferencia de “Y no le erré” o “Lo que vos te merecés”, es que el hombre no quiere que se sepa que está enamorado. “No me vas a ver tirado, ni me vas a ver vencido, no me vas a ver rodando como vos te imaginás, ni metido en los boliches pa curarme de tu olvido, si has pensado en todo eso no lo vas a ver jamás”. Toda una cultura masculina se expresa en estos versos. El hombre jamás va a demostrar que sufre. Ni siquiera delante de los amigos. “Y si tomo alguna copa no va a ser con los amigos, uno nunca está seguro si le falla el corazón”.
Sin embargo, el poema avanza y en sus últimos versos el reconocimiento de que está totalmente enamorado es tan evidente, que podría decirse que es una suerte que el tango concluya, porque un verso más y el hombre termina confesándole a la mujer que está enamorado de ella. “No te voy a dar el gusto que te digan algún día, que me vieron solo y triste que me muero por tu amor, que te extraño como nunca, que te quiero todavía. No te voy a dar el gusto que te cuenten mi dolor”.
Escribir para Aznar fue un arduo aprendizaje. Se dice que siendo muy joven el maestro Osvaldo Pugliese le dijo después de leer algunos de sus poemas: “Pibe, cambiá de manera de escribir, porque así no vas a llegar a ningún lado”. Nunca olvidó ese consejo. Y cuando Pugliese permitió que sus cantores más emblemáticos incorporasen sus grandes tangos al repertorio, es porque entendió que el muchacho había seguido sus consejos y los había superado.
El 28 de junio de 1936, Nelly Omar canta el primer poema de Aznar. Se llama “Igual te quiero”. La orquesta de Florindo Sassone con Jorge Casal estrena “Y mientes todavía”. Y la orquesta de Osvaldo Pugliese presenta con la voz de su amigo Roberto Chanel, “La mascota del barrio”. Ya para entonces, Aznar es un poeta reconocido en el ambiente. Reconocido y respetado. Los cigarrillos y el café fueron sus adicciones. La pintura su hobby preferido. Comía muy poco y disfrutaba de la reunión de amigos. Nació el 26 de junio de 1913 y murió el 5 de marzo de 1983.